Desde los Esteros del Ibera se estimula la responsabilidad y acción en términos de cuidado ambiental
[CORRIENTES]-
La era industrial nos ha sumergido en las garras de un mercado globalizado en el que perdimos la noción de dónde y cómo se producen los alimentos, insumos, ropa, o medicamentos que consumimos; con qué costo, y con qué impactos ambientales, en este o aquel lado del planeta.
Impactos que han transformado ríos, suelos, el clima, y nos han llevado a la pérdida inexorable de la biodiversidad. Una crisis imperceptible por su escala global, pero cuyos efectos hoy nos han frenado en seco.
No hay crecimiento al infinito en un planeta finito. No existe justicia social en un planeta muerto. Y hoy sabemos que no habrá salud en el mundo si no logramos recuperar los ecosistemas completos y funcionales que sustentan nuestra existencia.
Teniendo en cuenta que así como los Esteros del Ibera (Corrientes) , los humedales son la mayor reserva natural de carbono terrestre del planeta y 40% de las especies viven y se reproducen en ellos . Sus ecosistemas se presentan como lagunas, turberas, pastizales inundables, bosques fluviales, esteros y zonas costeras, y son clave para la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la falta de conciencia y compromiso sobre estas áreas contribuye a su degradación y falta de protección.
Que la emergencia y la reactivación económica no tapen las causas más profundas de estas crisis. Los grandes debates sobre la extinción de especies, la emergencia climática, las desigualdades sociales, deben darse ahora, cuando tenemos la posibilidad de volver a empezar, con mayor humildad y solidaridad para con todos los seres vivos que comparten el planeta con nosotros.
En medio de una crisis mundial se hace cada vez más fuerte el pedido para avanzar de forma real y efectiva con la protección de estos ecosistemas claves en nuestro país y en el mundo.